Está satisfecha lo digo soberbio
Está sostenida de las mechas columpio
Está cobijada en el nido de mi pecho
Está contenida y los dos muy contentos
Está en mi vida, los colores, el ritmo
Está admirada, me refiero a su cuerpo
Está atendida, la miel no es exceso
Está aprendida, la escucho y comprendo
Está liberada, aquí yo sin crédito
Está idolatrada, mi credo es lo lógico
Está dispensada, me surte de mimos
Está entregada, arriba el remito
Está atesorada, me encanta cuidarla
Está sorprendida, en esto soy diestro
Está amamantada, le llora Matías
Está acostumbrada y aún faltan décadas
Está divina tendida en la cama
Está desvestida, encandilan sus nalgas
Está asumida, su delirio me agranda
Está escrita, la atrape entre tapas
Está dibujada, es la chica tatuada
Está exquisita, de ahí el verbo tarasca
Está y el que exista es la felicidad de Canga.