Me gusta ver las gacelas, aún en esta ausencia de desear. Todavía afilo mis garras en las piedras de anotar. Algo así como ecológico, las estoy regresando a la libertad. Y mis ojos, siendo rojos, anulan las distancias por evocar. Rondo por esas plazas, desprolijo cuasi poeta. Creo que me falta fe en tu existencia. Y le sobra potencia a mi ansiedad. Algunas cosas no pueden cambiar. A las otras les sienta como evolucionar. Pero el silbido eterno en mis oídos, oclusión paranasal. Me pone en deuda conmigo, me dice mucho y paga mal. Ya no si enderezar o se quebró. Todo esto con el bonus de un yasta. Mi terrible game over personal. O me engaño y escribo tal si hubiera otra oportunidad. Por mis valores me doy cuenta No me voy a perdonar. Cazador de tantas tristes letras como momentos de sobriedad. Vivan los porros. Vivan las tetas. Hay en este mundo alguien, una oportunidad Quisiera darle a alguien felicidad. Quisiera pero no puedo. No se si existís. No si has.