Yo no suelo escribir de anagramas italianos
Será por eso que nací a los treinta y seis años
Como flautista en Hamelin me siguieron los gatos
Sé que puedo seducir porque ahora estoy jugando
Mi El Dorado es transmitir este haber logrado
Como obrero del carmín o ingeniero de sus labios
Capital del tallarín, al revés, eso hago
Y me lo hacen, que sí, en pelotas o escuchando
Esta dieta de perdiz me hace gordito con pero incorporado
Es más que hasta morir el por siempre mencionado
Mi debate es existir o dejar de publicarlo
Enseñarle a la raíz crecer hasta ser gaucho
Es tan gauchita mi Sissí que me puso duro el palo
Lo que ondea en el mástil es la bandera del noviazgo
Lo que antaño fue tan frágil que devine en divorciado
Pues ahora, si escucharon, es el himno patrio
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