martes, 9 de abril de 2013

Tristes


No hay persona más triste que aquella mirando un reloj

Hay mañanas grises repletas de sol
Millones que dicen que solo que estoy
Ninguna imagen es libre dentro del ordenador
No existe persona invisible, por ende no hay dios

No hay persona más triste que aquella ajena al dolor

La historia no se repite después de la revelación
La vida propone accidentes a quien no usa cinturón
No es de cobardes optar por irse sino el acto de la indecisión
Temía vivir y ha muerto reza la lapida del Facebook

No hay persona más triste que aquella que he sido yo

Seguro fui un imbécil durante la anterior relación
Sin huevos para defender mi arte, el lápiz me defendió
Mas de dos cuernos gritaron alce y accedí a la depresión
Plantarse ahora es fácil, yo era el que vegetó

No hay persona más triste que aquella  quien cree todo ficción

Perdí entre mil realidades la suerte y la dirección
¿Mi brújula? La Vale, Sissí, mi corazón
Es dulce, hace desfiles, fogatas en ropa interior
Destruye el apocalipsis poniéndole peso a todo el colchón

Pero no hay persona más triste que un padre fallador

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