Malditas mujeres hechas de cebollas
Traigo el pasado tejido de cicatrices
Sus labios lucen como filosas navajas
Resultaron en acido corrosivo sus orines
Sus pestañas eran droga cebando sus miradas
Tan piadosas como cualquier animal salvaje
Sus besos se conocen como dentelladas
Las uñas suaves en comparación a desnudarlas
Si les das la espalda aparecen hemorragias
Esas caricias tan suaves que dejan la sangre coagulada
Abren las gambas para devorarte
Se olvidan y te desgarran
Marquesinas de Sade
Mantis Ateas de lo más guarras
Perdí la cabeza escuchándoles
Si es una sola más se ensaña
Siempre supe la imposibilidad de defenderme
Eran dulces caramelos de carroña
El despojos no le alcanzan a los buitres
Señoritas corrosivas, señoras rompe bolas
Amazonas del apocalipsis
Por culpa de las hormonas
Por ir siguiendo al pene
Corazón y cerebro, tecnologías distintas
Hablo de ellas
por mis preferencias
Podrían haber sido ellos, podrían haber tenido tetas
Aquí los resultados de dimensiones catastróficas
Hola Matias! Hace unas horas iba caminando encapuchada por Av.Colon y cruzaste la calle corriendo para darme una hojita con dos poemas impresos tuyos. Me senti mal porque no se si me dijiste algo antes de darme el papel, pero si fue así no te escuche porque iba con los auriculares puestos. Así que te escribo para disculparme y para decirte que me encantaron. Un abrazo!! Constanza
ResponderEliminarjamas digo nada es solo un poema a quien creo que lo puede llegar a disfrutar, millón de gracias por su lectura!!!!
ResponderEliminarUsted hace que sienta que esto vale la pena