Notemos quien
se cree superior
Vean sus
ojos, la profundidad del vacío
Perciban
que solos, el olor a podrido
Escuchen
ese tono tan digno de desprecio
Cocidos en
su odio no tienen nada tierno
Estiman el
amor como un bulto en el bolsillo
Encerrados
en jaulas de oro con sus televisores fríos
El objeto
de su gozo es llamado onanismo
Pagan por
calor, por el uso de los cuerpos
Temen a
la traición no conforman ningún gremio
Creen que
el corazón se lo mide por latidos
Son los
otarios en los tangos referidos
Sin huevos,
sin ovarios, seres mal cogidos
No tienen
nada romántico, no entienden el concepto
Creen que
hay humanos inferiores o imperfectos
Ellos,
los marranos, es decir los cerdos
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