Si pudiésemos idear un sistema aritmético con la capacidad intrínseca de comprender los sentimientos. Que, no obstante, tenga en cuenta la salud y los esfuerzos. Estaríamos en presencia de una conciencia autosuficiente. La forma correcta de escribir las leyes se regiría por este sistema independiente y funcional. La justicia sería, entonces, tan evidente como una diva que no es ciega ni es pía dado que la piedad existe o se genera ante la INJUSTICIA. Un sistema de referencias que, como decirlo, para los vientos una rosita pero en lo ético y directamente relacionado con la conducta de cada uno de los miembros de la sociedad a cuyo bien apunta. Una neo claridad que resolverá las preguntas según se formulen. Aparte de esto, abro un paréntesis para enfatizar que esto no es una utopía. Ha caído tan bajo el precio de la bondad que les informo: ¡ya es gratuita! Es imposible cansarse de dar pues es infinita. A cambio obtendrán lo que pidan. No se puede r