Nada que perder
Tampoco donde apoyarse
Lo peor de este deber
Son las manchas de sangre
Lloré como un bebe
Reclamando a por su padre
En realidad lo imaginé
No conozco ni su talle
No las puedo proteger
Ni ellas pueden cuidarme
Llego muerto a la vejez
Suspirándole a la vale
A su forma de saber
A la urgencia por mimarme
A la compatibilidad de seso y carne
¿Sabéis que es eso?
El destino señor contable
El balance
El equilibrio de los mortales
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