Persistiré en porquerías de cerdos posesos Versificaré la sonrisa en el intelecto Tendré su caricia para hacerlo intenso Pensaré en su beneficio como el placer mismo Encontraré en sus caderas mi turismo preferido Viajaré, entonces, por las marismas del delirio Navegaré su piel entera con la yema de mis dedos Corregiré mi trayectoria apuntando a lo exquisito Debatiré entre otros temas la libertad del sexo Nutriré la filosofía regándola con vino Leeré como se juega, con el anhelo lúdico Admiraré a otros artistas, muchos, algunos Buscaré ser alguien loable, un gaucho Valdré lo que Vale me tase en efecto Seguiré aporreando el lápiz contra el cuaderno Encontraré la manera de decírselos .