Si usted la viera al sol cuando brilla su sonrisa
Si tuviese la ocasión de mirar cuando respira
Haría como yo, con pasión se reiría
Le agarraría el calor por hacer que se derrita
Si escuchase esa voz con que adorna sus ideas
Si estableciese comunicación y entendiese sus respuestas
Preguntaría inquisidor ¿Dónde estás? ¿Cuándo llegas?
Comprendería la razón como cooperativa
Si caminase al ritmo de la música de sus piernas
Si girase el mundo con la velocidad de sus caderas
Le agarraría vértigo el caer de sus polleras
Se quedaría quieto esperando ella se mueva
Si palpase el sentimiento con que porta sus dos tetas
Si contase los lunares de su cuerpo de aritmética
Sabría que las manos son pedazos de caricias
Y los dedos, y los brazos, el abdomen, la cabeza
Si supiesen que sus labios saben lo que aparentan
Si lamiesen lo salado del ciboulette de su cajeta
Habrían probado la ambrosia del poeta
Tendrían el destino de disfrutarle contenta
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