Era un medico que se destacaba del montón por cometer menos errores que algunos de sus colegas No era Doctor puesto que no tenia la experiencia ni la necesidad ni la edad. Un Brujo, un sanador, alguien acostumbrado a oír las suplicas mas desesperadas y genuinas, y a dar solución a estas. Estaba ufanamente satisfecho por el poder que implicaban estas soluciones. Pobre este medico, pobre de espíritu, sin darse cuenta empezó a creer que era más que un ser humano normal. Se confundió. No pudo comprender que su experticia, su habilidad, solo era requerida en tiempos de dolor y sufrimiento, de pena, agonía. Confundió el alivio con la felicidad. No noto la belleza del corte de su chaqueta, ese diseño, la textura de esa tela, que además de abrigo le brinda la seguridad que solo poseen los hombres bien vestidos o , aun peor, lo notó y en una conversación que aisladamente escuche, se postuló como superior al instruido artesano que diseño la elegancia que el compro. Y su int