jueves, 17 de febrero de 2011

Helianthus annuus


Sintió el sol con toda su fuerza e instintivamente se volvió. Era realmente como un sueño; a la altura de todas las expectativas.
De un momento a otro se encontraba exultante. Toda la vida en un objetivo, un latido antes del primer beso. Una experiencia de rivalizar con la física relativista. Crecen aventuras únicas de tanta lluvia vertida.
Completada; algo así como amar y ser amada, solo que de mayor escala. De sabor a abrazo, de color en marzo. Entrada de puerta grande, alfombra del color más rojo, anunciado a voz de cuello. Publicitada como los nacimientos. Hace  sentir orgullosa a su madre, naturaleza. Hace y hace, por las noches acaba, de mañana empieza.
Nada de rezarle ni a la Luna ni a las Estrellas.
Amaneció, amanecida, hasta ayer se que amanecía

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